lunes, 21 de febrero de 2011

------> Hemeroteca y Nota del autor <-----

Artículos de prensa de la noticia real

Hemeroteca  Diario de  Tarragona.









Artículos de prensa de la noticia real.

Hemeroteca  Diario  Información de Alicante

           






Nota del autor:

Este libro está basado en hechos reales de donde  se ha sacado el argumento para el relato de esta historia.

                       Las afirmaciones y conclusiones de la obra están basadas en la pura imaginación del autor.

                        Mi deseo es haber sabido llegar a vuestro interior.


                        Gracias por vuestra paciencia.


                        Os ruego que me hagáis llegar vuestras crítica.


                                                                                                Hasta siempre amigos


                                                                                                                                   J. Orlando  B.




                                                                                *************
                                                                                       ******
                                                                                            **



Conclusiones ------------------ Capítulo Treceavo





CONCLUSIONES DE ESTA HISTORIA

            He tardado bastantes años en decidirme a contar esta historia, he comenzado a escribirla  muchas veces pero sin encontrar el enfoque justo para hacer llegar mis sentimientos a los demás.

            A pesar de que la conocen muchos amigos y conocidos pero no es igual hacer un relato de treinta minutos a destapar todos los sentimientos más profundos  y exteriorizar las emociones más dolorosas y los pensamientos más íntimos, es muy difícil plasmar en el papel toda una serie de  consecuencias de la casualidad o quizás del destino o de la fatalidad, puede que de la negligencia humana, falta de control de ciertos actos, falta de análisis de la situación o de todo esto junto, formando un cóctel de desgracias  que dieron lugar a la tragedia y que sus consecuencias se han prolongado en el tiempo afectando en lo más íntimo de las personas marcándolas para siempre.

            Me ha sido muy difícil la expresión escrita para que fuera comprensible y clara para todo el mundo.

            Como se podía hacer para expresar ese momento en el cual al mismo tiempo que recordaba estaba  llorando de la emoción de lo acontecido en el recuerdo.

            ¿Cómo se escribe eso, como se expresa en el papel?

            Doy las gracias a todas aquellas personas amigos y conocidos que al enterarse de mi suceso me pidieron que se lo relatara y después de escucharme y de emocionarse conmigo me animaron a escribir el libro para compartirlo con los demás.

            Tuve que hacerme unas cuantas  preguntas  para poder comenzar el relato, para entender yo mismo también por dónde empezar y como continuar
            ¿Porque tuve que involucrarme en ese viaje?
           
            1º Porque al armador se le presenta un asunto de mayor prioridad que hacerse cargo de su barco en ese momento, a demás habían pasado sus vacaciones  de Semana Santa y  el astillero no había cumplido con su plazo de entrega que estaba fijada una semana antes de la festividad.

            2º Al mismo tiempo nuestro representante no puede venir a hacerse cargo porque tiene una operación pendiente para firmar y no puede acompañar al patrón que debía de transportar el barco hasta su destino.

            3º El astillero no puede designar un mecánico para que acompañe al patrón.

            4º El club náutico de base nos comunica que hay que sacar barcos de sus instalaciones  que está a tope de ocupación  y no puede atender todas nuestras peticiones.

            5º El patrón, no envía  su documentación para enrolarse como tal.

            Conclusión............................................Me enrolo yo.



¿Porque se hunde el barco?
           

            1º ¿Por el viento y la mar?

            2º ¿Por la tapa del pozo de cadenas que se abrió y permanecía llena de agua?

            3º ¿Por los desagües del pozo de cadenas que eran insuficientes o inexistentes?

            4º ¿Por estar mal soldada la cubierta con el casco por donde entraba el agua?

            5º ¿Por no estar bien sellados los pasamuros de los cables del molinete generando una vía de            agua entre el pozo de anclas y el camarote?

            6º ¿Por tomar decisiones equivocadas?

            7º ¿Se habría hundido el barco si no hubiera tenido esas vías de agua?

            8º ¿Porque nos atrasamos en la entrega?

            9º ¿Porque no hice la navegada de un tirón?

            10º ¿Por no haber salido a las cinco de la mañana?



Y mi gran pregunta: ¿Porque no encontraron a mi compañero una vez me localizaron a mí?

            ¡Nos separaban menos de dos millas de distancia el uno del otro!

            Estas son las preguntas que no he podido contestarme nunca y que jamás serán contestadas, estas son las preguntas que me han impedido, que me han retenido el decidirme a contar lo sucedido, quizás por un sentimiento de duda, de culpabilidad, de prudencia, de humildad de vergüenza, o bien un compendio de todas ellos

            He sufrido mucho durante el relato, me he emocionados en un sin fin de ocasiones al revivir los acontecimientos.

            Al recordar momento a momento era como si entrara otra vez en aquella pesadilla, en aquel cepo sin solución ni marcha a tras, repitiéndome una y otra vez, que no debía de haber aceptado el encargo del transporte, se tenía  que haber retrasado la entrega, quizás todo lo que aconteció no hubiera sucedido jamás y un niño recién venido a este mundo en aquel tiempo, se hubiera criado con su madre y su padre y un padre y una madre no hubieran perdido a su hijo en medio del mar.

            Las casualidades o los acontecimientos encadenados pusieron aquel barco sin nombre en las peores coordenadas en las que se pudo situar y hubieron dos personas que sufrieron las circunstancia, desafortunadamente uno pagó con su vida.

            Fueron bastantes días recluido en casa en periodo de recuperación  psíquica más que física, acompañado de mi mujer y mis hijos sin ganas de ver a nadie y dándole muchas vueltas a la mente con sentimiento de culpabilidad.

            Me preguntaba porque estaba yo vivo y el no y porque no estaba yo muerto.

            Me costó reincorporarme a mi trabajo y a mi vida cotidiana.

            El primer día que llegué al astillero, crucé la puerta que daba acceso a la nave de acabados dándome de frente con una embarcación del mismo tipo que la del naufragio, fue sobrecogedor, allí estaba con toda su proa elevada al aire, desafiante como resurgida del infierno, de las profundidades oscuras del mar. Me quede petrificado.

            En el astillero se pararon las maquinas y se hizo el silencio mas sepulcral al verme estático en el centro de la puerta con la vista fija hacia arriba.

            Los trabajadores se me quedaron mirando sin saber que decir ni que hacer. Pienso que se quedaron impresionados al verme allí parado mirando la 900 sabiendo lo que había ocurrido.

            Poco a poco, dejaron su puesto de trabajo y vinieron a saludarme y a felicitarme por estar otra vez entre ellos, fue un recibimiento caluroso lleno de abrazos y de palabras de cariño, no lo olvidaré nunca.

            Después vino Víctor y Peter con una sonrisa de lado a lado y me dieron la bienvenida.

            Fue un día de meditación y de reencuentros, vinieron amigos a verme, me llamó el comandante de Marina de Santa Pola para saludarme y darme la bienvenida.

            Si. Fue un día fuerte para mí.

            Día a día  las cosas fueron volviendo a la cotidianidad casi todo volvió a ser lo mismo hasta que................

            Cinco días después viernes, veintiún día después de la tragedia  que tuve que salir de nuevo a navegar y además en uno igual al del accidente.

            ¡Joder… joder... joder!

            No había trascurrido ni una semana, un matrimonio vino a visitarnos al estar muy interesados por una 900, los recibí en mi despacho estuvimos viendo  catálogos, vimos la posibilidad de dotarlo de equipos extras como radar, sonda piloto y otros, ajustamos precios, concretamos fechas de entrega y bajamos a producción a visitar uno que estaban acabando, Víctor se nos añadió a la visita y en un momento determinado nuestro cliente insinuó la posibilidad de probar en el mar una unidad.

            Al oír estas palabras, se me pusieron los pelos como escarpias, Víctor se adelantó y les dijo que sí, que teníamos un barco de un cliente en el puerto  y que no había ningún impedimento para navegar con él.

            En un momento separé a Víctor y le dije:

            -Vete tú con ellos a navegar-.

            A lo que me contesto:

            -Acompáñanos al barco se lo enseñas y después te quedas en tierra-.

            Llegamos al puerto, subimos a bordo y comencé a mostrarles el barco ya que tenía una decoración distinta a la que habían visto.

            Entretanto Víctor encendió los motores para que se calentaran, yo iba de sobre salto en sobre salto, era la primera vez desde entonces que oía aquel rumor que producían las máquinas del barco. Salimos a cubierta y nos dirigimos a proa.

            Oí gritar a Víctor por la ventanilla del puesto de mando del salón:

            -Armando, suelta a proa-.

            Yo me quedé paralizado, mi mente se quedo en blanco, no me podía estar pasando, sentí terror.

            Volví a oír la voz de Víctor que repetía la orden.

            -SUELTA  PROA-.

            Muy contundente él.

            Observe que el marco se estaba desplazando, él ya había soltado a popa, yo de una forma mecánica avance hasta la cornamusa de proa y solté la amarra de proa que sujetaba el barco.

            El Barco salió de su amarre viró dirigiéndose hacia la bocana del puerto.

            Yo estaba paralizado encima de la cubierta de proa, los clientes se habían resguardado en el interior del barco y yo permanecía allí perdido dándome el viento en la cara.

            Reaccioné al primer pantocazo, me dirigí al pasillo de babor entre en el salón y anduve hasta ponerme al costado de Víctor que estaba sentado patroneando la embarcación.

            El no se atrevía a mirarme porque sabía lo que había ocurrido y se daba cuenta de cómo me encontraba.

            Le apreté  un bazo y en voz baja  y entre dientes le dije:

            -¡Hijo puta! En llegar a tierra te voy a ostiar. Cabrón de mierda. Esto no se le hace a tu amigo-.

            Después reaccioné y estuve sentado con los clientes en el salón comentando el comportamiento del barco frente al mar que estaba un poco caprichoso.

            Cuando llegamos a tierra volvimos al astillero, quede con los clientes para firmar la operación y hacer la entrega inicial un día determinado y se marcharon.
           
Salí de mi despacho y fui a buscar a Víctor, lo encontré en almacén de repuestos y me dirigí a él.

            Él, me miró con una sonrisa socarrona y yo acercándome  me abalancé sobre el abrazándolo y dándole las  gracias y diciéndole al mismo tiempo:

            -Eso no se hace cabrón, casi me da un infarto, casi me cago-.

            El se descojonaba  de risa y yo, yo....le estaba muy agradecido, porque Dios sabe cuando me hubiera decidido a salir a la mar de motu propio.

            Quizás nunca.

            De este suceso tan triste y tan contunden he estado sacando consecuencias hasta ahora veinte años después y si conversara después de este tiempo con las personas que intervinieron directa o indirectamente seguro que también de una u otra forma les ha afectado.

            A mi sí que me ha cambió la vida, sí que me hizo reaccionar y ver las cosas desde otro prisma, me hizo  tener otros valores sobre las personas y sobre mis actos, cambió mi comportamiento hacia los demás y me ha hecho más humilde.

            Comprendí que existen otras prioridades menos materiales, surgiendo en mis otros sentimientos hacia las personas que me rodean, se te abren los ojos  y haces una reorganización de tu vida.

            Estas experiencias y otras te hacen mejorar como personas haciéndote ver lo efímera que es nuestra existencia.

            Han pasado veinte años, muchos de aquellos ya no están los que eran niños ya han formado su propia familia, los que éramos padres ya somos abuelos pero los recuerdos son patrimonio de nosotros y con nosotros quedarán hasta el final.

            Espero que os haya gustado y lo hayáis vivido como yo.

            -Gracias-.

            -Buenas noches...............................


       ______________________________________________________________________________

      Siguiente y última entrega "NOTAS de Prensa"                                                                                         _______________________________________________________________________________